Este todoterreno está equipado con un motor V6 gasolina atmosférico de 4.0 litros de cilindrada que entrega 272 CV de potencia y 380 Nm de par máximo. La tracción es total permanente con reductora y la caja de cambios es automática de cinco velocidades.
Con un diseño llamativo, unas capacidades off-road dignas de su nombre y una versatilidad muy interesante. Lo más llamativo resultaban sus puertas ya que las traseras, abrían en el sentido contrario a lo que estamos acostumbrados, como un Mazda RX-8, y dejaban el habitáculo completamente abierto libre de pilares y con fácil acceso para meter cosas o simplemente subirse con mayor comodidad.
La inspiración
El Toyota FJ Cruiser nacía a principios del siglo XXI, momento en el que diseños del pasado se pusieron de moda. El Volkswagen Beetle volvió a la vida acompañado del Mini y de este todoterreno japonés que hacía guiños al pasado En aquellos años varios fabricantes rescataron carismáticos modelos del pasado. El ejemplo del Nuevo Beetle es claro pero en el segmento deportivo podemos encontrar varios de ellos. En el caso del Toyota FJ Cruiser su inspiración vino del Land Cruiser (FJ40) de 1960, otro de los modelos más importantes de la marca. La parrilla y el grupo óptico recordaban al todoterreno pero otras zonas mostraban una imagen muy moderna.
Práctico
Toda la improvisación del exterior “choca” con la del interior, un habitáculo donde lo importante es el lado práctico. Tiene un diseño limpio, suave y las soluciones del interior van enfocadas a un uso práctico y off-road. Piezas cubiertas de material de fácil limpieza o botonería grande y bien posicionada para adaptarse a todo tipo de situaciones y conductores.
Muy poderoso
El modelo de la marca se inspira en el Land Cruiser del 60 y se basaba en el actual. Utiliza un motor V6 de 4.0 litros con 239 caballos de fuerza, un corazón que con el tiempo elevaría su potencia hasta los 260 CV.